Reflexion en movimiento

Danza. Lo burlesco y la meditacion sobre el papel del artista son las claves de « Gustavia », de La ribot y Mathilde Monnier

La novena edicion de Escena Contemporanea, el festival que acerca a los madrilenos lo mas nuevo de los escenarios, tendra su punto y final el domingo. Pero aun quedan cosas que ver. Una de ellas es el proyecto conjunto de dos coréografas y bailarinas, la madrilena Maria Ribot, conocida en el ambito artistico como La Ribot, y la francesca Mathilde Monnier. La primera, Premio Nacional de Danza en el ano 2000, da detalles sobre el espectaculo que ambas ofrecen desde ayer y hasta el sabado en el teatro del Instituto Francés.
Gustavia, « un nombre de mujer inventado para las dos », es el titulo de un montaje « que habla de lo burlesco hecho por mujeres ». Se estreno en el Festival de Danza de Montpellier en julio de 2008, y fue el resultado de una colaboracion muy deseada por ambas : « Nos conociamos desde hace mucho y hacia ya mucho tiempo que teniamos que hacer algo juntas, pero no habia una idea concreta, era mas una apetencia, una curiosidad. Y en este momento es cuando hemos podido unir agndas y decir : « Venga, lo hacemos’ ».
Asi nacio este espectaculo en el que las dos artistas comparten escenario y proceso creativo. La Ribot habla de su germen : « Mathilde vino con un tema, la figura del payaso. Despues esto no se ha trabajado directamente, sino que se ha incidido mas en lo burlesco, en su espiritu. Damos vuelas en torno a eso ». También se cuestionan en Gustavia el papel del artista en la sociedad actual : « Son preguntas que Mathilde y yo nos hemos hecho y que creo que todo artista se hace : cual es su papel en la sociedad. El artista tiene que cuestionar y mirar de una manera en la que a lo mejor otros no miran », detalla.
Esta produccion, puesto que « en esencia el arte es impuro, multidisciplinar », tiene varias caras. Esta llena de comicidad : « El humor permite decir muchas cosas que no se dirian sin el. Y nosotras estamos en ese registro ». Por otro lado, se apoya en gran medida « en el movimiento, por el caracter fisico que tiene lo burlesco », y « en la palabra ». Los parlamentos, pronunciados en francés, se ofrecen al publico madrileno con subtitulos en espanol, pues a traves de ellos pueden recibirse mensajes : « Hay una serie de situaciones, de preguntas o de cuestiones sobre lo burlesco, sobre la mujer, sobre el teatro, que se levantan en Gustavia ». Si bien, puntualiza, « las obras son complejas, y hay muchos discursos, y el publico no es uno, sino una serie de individuos, y no se puede  saber lo que llega y lo que no : cada uno recibe y piensa, y hace la sintesis de lo que el artista propone ».

Maria Luisa Toribio
El Mundo
19/02/2009